Va siendo hora

                                                                                                                 Galaxia perdida de Copeland
De hacer las cosas seriamente.
Porque, afortunadamente, ya no me ocurren tantos chascarrillos de los que reírme de mi propia torpeza
El cúmulo de virgo cuenta con casi dos mil galaxias. Esta mas vistosa que vemos arriba, es la que da título a la foto y fue descubierta por Leland S. Copeland, un astrónomo aficionado, que decidió apuntar con su telescopio hacia la Constelación de Virgo allá por la década de los cincuenta del siglo pasado y que hasta entonces, había pasado desapercibida. Son 48 tomas a cinco minutos de exposición mas las tomas de calibración. Cuatro horas en total de esta noche pasada. Las noches se van acortando y no permiten sesiones mas largas so pena de perder mucha calidad, lo que en la terraza de casa, supondría añadir mas pegas a la habitual contaminación que sufrimos en la ciudad Las otras dos grandes que se ven son; NGC 4526 o galaxia perdida por debajo de la de Copeland que lleva el número 4535 en el nuevo catalogo general (NGC) y a la derecha, cerca del borde del encuadre, M 49, haciendo esa M referencia a Charles Messier, astrónomo francés, autor del primer (si no estoy equivocado) catálogo de objetos no estelares. El catálogo Messier, que cuenta con 110 objetos, entre los mas fácilmente visibles. Amplio información extraída de la Wikipedia: El catálogo astronómico más antiguo que se conoce es un catálogo estelar que data del siglo V a. C. y que se encontró en Gan-Shi Xing Jing, redactado por los astrónomos chinos Gan De y Shi Shen. Vinieron luego los catálogos de los griegos Timocares de Alejandría y Aristilo, y posteriormente de Hiparco de Nicea en el curso del siglo II a. C. y el siglo I a. C., y por fin Ptolomeo (siglo II) y su Almagesto que contiene entre otras cosas su catálogo de estrellas. La Edad Media vio nacer la edad de oro de la astronomía en la civilización musulmana, desde los trabajos de Al-Battani en el siglo IX hasta el punto culminante que representaron las Tablas sultanianas de Ulugh Beg - entre otros astrónomos de Samarcanda (mediados del siglo XV).
El primer catálogo que se interesó por otros objetos no estelares del espacio profundo data la segunda mitad del siglo XVIII y por el buscador de cometas Charles Messier (con la ayuda de otros astrónomos como Pierre Méchain con el fin de identificar objetos difusos que pueden ser confundidos con un cometa que pase). Exceptuando algunos descuidos, las nebulosas de emisión, galaxias, cúmulos abiertos y cúmulos globulares más espectaculares accesibles desde Europa (es decir, los que la declinación no desciende de los 35º) figuran en el Catálogo Messier.

De ballenas, ballenatos, anzuelos y langostinos.
Desde que encontré la forma de alinear a la polar en la terraza pese a no verla, las cosas van mejorando de manera sustancial.
Primero, el seguimiento es impecable gracias a que el error de alineación suelo conseguirlo por debajo de los 40 segundos, por ello, al apilar muchas tomas, solo he de recortar una pequeña parte por causa del auto enfocado.
Tengo configurado el Asiair para que cada media hora haga un reseteo del foco para que corrija los posibles efectos de los cambios de temperatura ambiente, que suelen provocar contracciones en el tubo que afectan a la calidad del enfoque, lo que si se va acumulando, hará que perdamos la puntualidad de las estrellas y es en el tiempo en el que se realiza ese ajuste, que la montura se queda sin la ayuda del guiado y mantiene únicamente su propio desplazamiento que produce pequeños cambios en el encuadre, que son los que se aprecian al apilar.
Por otro lado, al tener el equipo montado permanentemente en la terraza- Solo lo desmonto si amenaza lluvia o si voy a salir al campo con el- Puedo hacer sesiones durante varios días al mismo objeto sin que varíe el encuadre ni se acumulen más errores de desplazamiento por ello.
Esta que ilustra la entrada, está formada por 90 tomas a 300” hechas en don noches consecutivas. 48 en la primera y 42 en la segunda.
Apiladas por separado cada sesión y apilados después ambos resultados, antes de editar.
Sobre el título de la entrada, me he permitido una pequeña digresión con algo de humor,
La grande es como digo, la Nebulosa de La Ballena 8NGC 4631), junto a ella, la pequeña NGC 4627 y es su cercanía aparente a la Ballena lo que me ha sugerido que bien pudiera llamarse galaxia El Ballenato, aunque yo, no le he encontrado otro nombre que la numeración que le aplica el nuevo catálogo general (NGC)
Abajo, ligeramente a la derecha, NGC 4656 o La Palanca y casi tocándose, en el extremo inferior, la que se conoce como NGC 4657 o Anzuelo, pero yo el conjunto de ambas lo veo como un langostino. Claro ejemplo de pareidolia.
Continuará


Repetir el método


Es lo que tiene acercarse a la ciencia, aunque sea con mucha prudencia y respeto, que no te basta con un solo resultado para darlo por bueno, y hay que repetir varias veces el procedimiento para asegurarse que los resultados son fiables, certificables.
Y en mi caso, y en referencia al telescopio montado en la terraza, se hace más que necesario, porque ya hubo un primer intento de alinear a la polar con el ASIAIR Plus, que resultó un fracaso.
Por ello, desmonté el equipo y lo volví a montar con una ligera variación en su localización, para volver a alinear el introscopio con la referencia que he podido colocar en la pared y ver si nuevamente podía alinearlo a la estrella polar con la aplicación y de momento, no puedo estar más satisfecho, porque volví a conseguirlo, incluso más rápido que el día anterior.
No obstante, tengo que hacer más pruebas, pues no tengo claro que ocurrirá cuando las estrellas en las que me enfoco y que han de estar a menos de treinta grados del norte estelar, se oculten tras el edificio. Alguna cosa se me ocurre y he de llevarla a cabo para mayor seguridad. Lo iremos viendo en sucesivas entradas.
Anoche, pese a que había nubes altas y bastante luna, no me resistí a hacerle una serie de setenta y dos fotos a M 51, de las que podido salvar sesenta y ocho, aunque en verdad, tendría que quitar alguna más, pues creo que estaban algo veladas.
De cualquier manera, algo puedo mostrar, con menos calidad que la nebulosa de la entrada anterior, que está hecha con mucho mejor cielo y menos luna, pero aceptable para estas condiciones.
Continuará
Un pequeño gran logro

Como ya he contado en otras ocasiones, el punto donde más a menudo sitúo el telescopio, es la terraza de casa, por comodidad y porque me permite aprovechar cualquier noche despejada, aun cuando el peaje a pagar por ello sea elevado, pues he de luchar con una alta contaminación lumínica y la imposibilidad (hasta ahora) de alinear a la estrella polar, por quedar oculta tras el propio edificio.

Esta circunstancia la había resuelto en parte con un programa de guiado que es el de referencia para casi todo aficionado y que se llama, por sus siglas, PHD 2 y que permite un alineado a la polar mediante el método de deriva.
Me costó bastante esfuerzo llegar a entender la metodología y el ponerlo en práctica en un tiempo razonable, pero una vez conseguido, pude tomar una referencia en la pared que me oculta el norte y cada vez que lo montaba, alineando el introscopio con aquel punto, obtenía un estacionamiento, si no bueno, si aceptable como para tener un seguimiento sin estrellas elongadas en fotos de exposiciones de hasta diez minutos.
Pero en mi afán de mejorar, decidí trasladar el equipo un poco más al este, en busca de menos obstáculos y mayor campo de cielo a la vista, con lo que aquella referencia ya no me servía.
Y para complicar las cosas, ya hace un tiempo que dejé de utilizar el portátil, pues con una tablet conectada por wifi al ASIAIR plus, puedo funcionar con mayor comodidad.
Había visto un video de Cielos Boreales, en el que Roberto Ferrero, hacía una demostración de como alinear a la polar con la aplicación que trae el ASIAIR, porque él suele montar el equipo en el interior de casa para sus vídeos en YouTube, y el alero no le deja ver la polar por poco, así que pensé que quizás yo también pudiera hacerlo en la terraza, aunque la distancia a la polar es bastante mayor que la que él tiene.
Así que después de intentarlo y no conseguir alinear a la polar con el ASIAIR, llegue a la conclusión de que tendría que desechar definitivamente esa idea y volver al portátil y al PHD2, pero tras una estancia en Gorafe, en la casa cueva El Torriblanco, donde hemos pasado tres días y medio, al instalarlo de nuevo en la terraza, manteniendo sin tocar el eje de ascensión recta y confiando que la alineación al norte con la brújula fuera suficiente, al empezar a guiar, vi que el eje de ascensión recta iba perfecto por el centro con correcciones más bien pequeñas, mientras que el de declinación iba entre cuatro y ocho segundos en la escala del guiado, además de que la calibración estaba bastante mal, con las líneas lejos de formar un ángulo recto y entones se me ocurrió, no sé si con buen criterio o no, que si movía ese eje con los tornillos de azimut, quizás pudiera acercarme a la posición de la polar. Pensado y hecho. En el primer intento lo que hizo fue empeorar, así que era evidente que tendría que ir hacia el lado contrario y a base de ir girando el eje, haciendo goto después y volviendo a calibrar, poco a poco iba consiguiendo que la línea de declinación se acercara al centro. El asunto resulta tedioso y lento, pero como lo que trataba era de tenerlo lo mejor posible, no me importaba dedicarle la noche si fuera necesario, si con ello conseguía un punto de referencia en la pared para futuros estacionamientos.
Pues bien, cuando ya creía que lo iba a conseguir, se me ocurrió volver a intentar el alineado a la polar con la aplicación del ASIAIR y... Bingo, en esta ocasión, funcionó y pude alinear, tras lo cual, ambas líneas iban perfectamente centradas y el calibrado perfectamente a 90 grados.
Llegado aquí, hice la prueba de mandarlo a la luna para ver si todo funcionaba de verdad y efectivamente, la luna apareció prácticamente en el centro de la imagen. Estuve enredando un poco con ella, ampliándola para ver como estaba de foco y luego, quise hacer otra prueba con un objeto menos visible, por lo que lo mandé a M 51 que, a esas horas, estaba en el cenit. Aparentemente, todo bien, resolvió la placa y lo dio por bueno, pero en la foto de dos segundos no aparecía nada, así que hice una a treinta segundo y tampoco.
Ya me empezaba a echar humo la cabeza, pues no entendía nada. Me fui a la estrella Arturo, donde antes todo estaba en su sitio y tampoco aparecía, hasta que me fijé que en el ángulo superior derecho, a punto casi de desaparecer, se veía la estrella. Vuelta a M51 y efectivamente, allí estaba, totalmente esquinada y sin saber por qué estaba ocurriendo semejante cosa.
Decidí aparcar la montura, y apagar todo el equipo, y recomenzar a ver si después de tanto movimiento, tanto goto, tanta calibración seguida, el ASIAIR se había des configurado. Era lo único que se me ocurría, pero al ir a cerrar el programa en la tableta deslizando el dedo para ello, de repente, veo con asombro primero y con cara de bobo después, que tenía la imagen ampliada desde que estuve revisando el foco de la luna y parece ser, bueno, es, y me ha costado un berrinche aprenderlo, que las imágenes que van saliendo, mantienen la ampliación que hayas hecho a una si luego no ajustas la imagen a la pantalla.
Vuelta a M51 y esta vez si, en el mismo centro, aunque eso si, velada por las nubes altas que cubrían buena parte del cielo.
Como veis, podría escribir un libro en clave de humor con todo lo que me pasa, pero me consuelo, porque aquello que cuesta y te hace sufrir, no se olvida como quiera y hoy por hoy, tengo el equipo enfocado a la polar sin verla y con un método rápido y sencillo y una referencia para no perder el norte nunca más.
Os dejo una foto de la Nebulosa Iris capturada en Gorafe en tres sesiones consecutivas, una por cada una de las que pasamos allí, son un total de 99 tomas a cinco minutos de exposición, apiladas con DSS y editada con PixIsight y Ps 6 y también un par de mi solución para no perder el norte en la terraza ;-)
Continuará

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