Un pequeño gran logro

Como ya he contado en otras ocasiones, el punto donde más a menudo sitúo el telescopio, es la terraza de casa, por comodidad y porque me permite aprovechar cualquier noche despejada, aun cuando el peaje a pagar por ello sea elevado, pues he de luchar con una alta contaminación lumínica y la imposibilidad (hasta ahora) de alinear a la estrella polar, por quedar oculta tras el propio edificio.

Esta circunstancia la había resuelto en parte con un programa de guiado que es el de referencia para casi todo aficionado y que se llama, por sus siglas, PHD 2 y que permite un alineado a la polar mediante el método de deriva.
Me costó bastante esfuerzo llegar a entender la metodología y el ponerlo en práctica en un tiempo razonable, pero una vez conseguido, pude tomar una referencia en la pared que me oculta el norte y cada vez que lo montaba, alineando el introscopio con aquel punto, obtenía un estacionamiento, si no bueno, si aceptable como para tener un seguimiento sin estrellas elongadas en fotos de exposiciones de hasta diez minutos.
Pero en mi afán de mejorar, decidí trasladar el equipo un poco más al este, en busca de menos obstáculos y mayor campo de cielo a la vista, con lo que aquella referencia ya no me servía.
Y para complicar las cosas, ya hace un tiempo que dejé de utilizar el portátil, pues con una tablet conectada por wifi al ASIAIR plus, puedo funcionar con mayor comodidad.
Había visto un video de Cielos Boreales, en el que Roberto Ferrero, hacía una demostración de como alinear a la polar con la aplicación que trae el ASIAIR, porque él suele montar el equipo en el interior de casa para sus vídeos en YouTube, y el alero no le deja ver la polar por poco, así que pensé que quizás yo también pudiera hacerlo en la terraza, aunque la distancia a la polar es bastante mayor que la que él tiene.
Así que después de intentarlo y no conseguir alinear a la polar con el ASIAIR, llegue a la conclusión de que tendría que desechar definitivamente esa idea y volver al portátil y al PHD2, pero tras una estancia en Gorafe, en la casa cueva El Torriblanco, donde hemos pasado tres días y medio, al instalarlo de nuevo en la terraza, manteniendo sin tocar el eje de ascensión recta y confiando que la alineación al norte con la brújula fuera suficiente, al empezar a guiar, vi que el eje de ascensión recta iba perfecto por el centro con correcciones más bien pequeñas, mientras que el de declinación iba entre cuatro y ocho segundos en la escala del guiado, además de que la calibración estaba bastante mal, con las líneas lejos de formar un ángulo recto y entones se me ocurrió, no sé si con buen criterio o no, que si movía ese eje con los tornillos de azimut, quizás pudiera acercarme a la posición de la polar. Pensado y hecho. En el primer intento lo que hizo fue empeorar, así que era evidente que tendría que ir hacia el lado contrario y a base de ir girando el eje, haciendo goto después y volviendo a calibrar, poco a poco iba consiguiendo que la línea de declinación se acercara al centro. El asunto resulta tedioso y lento, pero como lo que trataba era de tenerlo lo mejor posible, no me importaba dedicarle la noche si fuera necesario, si con ello conseguía un punto de referencia en la pared para futuros estacionamientos.
Pues bien, cuando ya creía que lo iba a conseguir, se me ocurrió volver a intentar el alineado a la polar con la aplicación del ASIAIR y... Bingo, en esta ocasión, funcionó y pude alinear, tras lo cual, ambas líneas iban perfectamente centradas y el calibrado perfectamente a 90 grados.
Llegado aquí, hice la prueba de mandarlo a la luna para ver si todo funcionaba de verdad y efectivamente, la luna apareció prácticamente en el centro de la imagen. Estuve enredando un poco con ella, ampliándola para ver como estaba de foco y luego, quise hacer otra prueba con un objeto menos visible, por lo que lo mandé a M 51 que, a esas horas, estaba en el cenit. Aparentemente, todo bien, resolvió la placa y lo dio por bueno, pero en la foto de dos segundos no aparecía nada, así que hice una a treinta segundo y tampoco.
Ya me empezaba a echar humo la cabeza, pues no entendía nada. Me fui a la estrella Arturo, donde antes todo estaba en su sitio y tampoco aparecía, hasta que me fijé que en el ángulo superior derecho, a punto casi de desaparecer, se veía la estrella. Vuelta a M51 y efectivamente, allí estaba, totalmente esquinada y sin saber por qué estaba ocurriendo semejante cosa.
Decidí aparcar la montura, y apagar todo el equipo, y recomenzar a ver si después de tanto movimiento, tanto goto, tanta calibración seguida, el ASIAIR se había des configurado. Era lo único que se me ocurría, pero al ir a cerrar el programa en la tableta deslizando el dedo para ello, de repente, veo con asombro primero y con cara de bobo después, que tenía la imagen ampliada desde que estuve revisando el foco de la luna y parece ser, bueno, es, y me ha costado un berrinche aprenderlo, que las imágenes que van saliendo, mantienen la ampliación que hayas hecho a una si luego no ajustas la imagen a la pantalla.
Vuelta a M51 y esta vez si, en el mismo centro, aunque eso si, velada por las nubes altas que cubrían buena parte del cielo.
Como veis, podría escribir un libro en clave de humor con todo lo que me pasa, pero me consuelo, porque aquello que cuesta y te hace sufrir, no se olvida como quiera y hoy por hoy, tengo el equipo enfocado a la polar sin verla y con un método rápido y sencillo y una referencia para no perder el norte nunca más.
Os dejo una foto de la Nebulosa Iris capturada en Gorafe en tres sesiones consecutivas, una por cada una de las que pasamos allí, son un total de 99 tomas a cinco minutos de exposición, apiladas con DSS y editada con PixIsight y Ps 6 y también un par de mi solución para no perder el norte en la terraza ;-)
Continuará

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