La Polar


¡Ay la polar!

Cuantos quebraderos de cabeza, cuantos sufrimientos noche tras noche, porque al no verla desde la terraza, estaba convencido de que en ella, nunca podría hacer fotos de cielo profundo.
Afortunadamente y como tengo dicho, mis proveedores me sacaron de mi error y me pusieron en el camino de resolver el problema cuando me hablaron del alineamiento a la deriva.
Para un servidor, aquello sonaba a chino y aun hoy día, no termino de entender muy bien el proceso, lo que no me impidió insistir e insistir hasta interiorizarlo más o menos y gracias a ello, poder hacer un alineamiento más o menos preciso. Suficiente en cualquier caso para poder comenzar con la fotografía.
Un proceso que, a su decir, a ellos les venía a costar unos diez minutos.
Yo, hubo noches que me tiré más de dos horas en un proceso de aproximación a los parámetros de referencia que nunca terminaban de estabilizarse.
Comenzar y recomenzar varias veces hasta que decidía que ya valía, no porque lo hubiera logrado a la perfección. Por cansancio más bien y por no perder toda la noche en ello.
En cualquier caso, la perseverancia, la pasión que le estoy poniendo a esto, mi incapacidad patológica para rendirme sean cuales sean las dificultades, mi inmoderada desvergüenza para abusar de la más que buena disposición de mis ya amigos además de proveedores, pidiendo consejo a cada momento y mis propias búsquedas en la red, hicieron que fuera perfeccionando el proceso; Lo fuera, sino entendiendo en toda su esencia, si lo suficiente para que corregir algunas cosas que no hacía bien del todo y ya me bastaba con entre quince minutos y media hora. ¡¡¡Todo un logro!!!
Y ya, para rematar la jugada,
El amigo Manuel me preguntó si no tenía posibilidad de hacerme una señal en la pared que me oculta la polar, después de una noche en la que hubiera conseguido un buen alineamiento, mirando a través del introscopio, contando claro está, que el trípode con el resto del equipo, lo colocara siempre en el mismo punto de la terraza, como así es.
Mano de santo oiga, a partir de ese momento, un alineado a unas cuantas estrellas y a funcionar.
Fue a partir de este punto cuando empecé a disfrutar de verdad. Y no porque todo rodara sin pegas, que las seguiría teniendo, algunas de ellas desconcertantes, como que, de repente y sin razón aparente, la montura dejara de responder en los dos ejes.
En fin, historias para no dormir.
Literal je.
Continuara.
Para esta entrada os dejo el resultado de una serie hecha la noche del 30 al 31 de diciembre de 2021 a las galaxias M 81 y M 82, Bode y el Cigarro, como también se las conoce.
 Desde un punto cerca de casa y con básicamente las mismas condiciones de contaminación, pero con la ventaja de que veía el norte y pude alinear a la polar.
De la Wikipedia:
La galaxia de Bode (también conocida como Galaxia Espiral M81, Messier 81, M81 o NGC 3031) es una galaxia espiral ubicada a 12 millones de años luz en la constelación de la Osa Mayor. Fue nombrada en honor a Johann Elert Bode, quien la descubrió en 1774. En 1993, una supernova (SN 1993J) fue observada en esta galaxia.

Se presume que la galaxia de Bode contiene aproximadamente 250 000 millones de estrellas, siendo ligeramente más pequeña que la Vía Láctea. La galaxia es uno de los mejores ejemplos del diseño espiral en una galaxia, con brazos casi perfectos dispuestos en espiral hacia su centro. La galaxia de Bode y su satélite (o galaxia binaria), la galaxia del Cigarro, o M82, son de los miembros más prominentes del Grupo M81. Ambas son visibles en el mismo campo de visión para la mayoría de los telescopios.







09h 55,6m 32,9s
+69° 4' 55"
12 millones de al
+6,93
Tamaño aparente (V)
26' × 14'



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